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Archivo General de la Nación (AGN): Una mirada a su historia

Archivo General de la Nación (AGN): Una mirada a su historia

El Archivo General de la Nación (mejor conocido como AGN) es la memoria de México, la institución que preserva y gestiona el patrimonio documental del país.

En este artículo, exploraremos un poco sobre la historia de esta institución, que bien podría considerare La Meca de los historiadores, al menos de los mexicanos.

Introducción

Ya en un artículo anterior, me ocupaba acerca del emblemático edificio que alguna vez fue conocido como el Palacio Negro de Lecumberri, todo un ícono del progreso porfiriano que, posteriormente, se convirtió en un símbolo de la represión política a mediados del siglo XX.

También mencioné que las paredes de este edificio, antes sede de una de las más temibles y mejor conocidas cárceles de México, pasaron a convertirse en los muros protectores de la documentación bajo resguardo del tema de este breve artículo: el Archivo General de la Nación.

Pero ¿Qué era de la voluminosa documentación que hoy puede consultarse en Lecumberri antes de que fuera trasladada a dicho edificio? ¿Existía el Archivo General de la Nación antes de que comenzara a prestar sus servicios en el Palacio Negro?

De acuerdo con la exposición El Archivo General de la Nación: Presente, pasado y futuro:

Son muy pocas las instituciones que, reconociendo sus orígenes en etapas anteriores a nuestra primera constitución federal, han prolongado su vida hasta nuestros días sin perder vigencia ni interés. Una de ellas es el Archivo General de la Nación que, desde su origen se concibió como ‘el establecimiento para asegurar de manera auténtica y perpetua los títulos de propiedad’, y ‘el depósito y descubrimientos e invenciones y luces no comunes en la historia, ciencia e industria’.

Las raíces del Archivo General de la Nación en la etapa virreinal

Así pues, la historia del AGN se remonta muchos años en el pasado. Tenemos, para empezar, que ya se vislumbraba su instituto desde los primeros años de la dominación española en México, pues el actual AGN tuvo su origen en el Archivo de la Secretaría del Virreinato en 1550, llamándose sucesivamente Archivo General del Reino, Archivo General y Público de la Nación, hasta tener la denominación que actualmente ostenta: simplemente Archivo General de la Nación.

La fundación del AGN se debió al segundo conde de Revillagigedo, Juan Vicente de Güesmes-Pacheco y Padilla, quien fue el primero en expresar su preocupación al Rey de España sobre la precariedad y desorden con que se guardaban los documentos en la Nueva España.

El 27 de marzo de 1790 envió al Ministerio de Gracia y Justicia de España un proyecto para crear el Archivo General de la Nueva España en “aras de un ‘plan necesario y urgente’ para reorganizar la Secretaría de Cámara del Virreinato como ‘el tallo de la dirección de todo lo que conduce el gobierno’”.

Dicho proyecto se aprobó por las autoridades correspondientes y reunió, además de los papeles de la antigua Secretaría de la Cámara, los de otras dependencias, con lo que se dio comienzo a la organización sistemática de los documentos.

Con la aprobación del proyecto del segundo conde de Revillagigedo, se pensó también en un lugar apropiado y dedicado al resguardo del delicado acervo documental que ya desde entonces era más que voluminoso.

Se consideró entonces que el Castillo de Chapultepec sería idóneo para tal propósito. Por ello, el ingeniero Miguel Constanzó calculó los presupuestos para las reformas dirigidas a habilitar el espacio, mismas que estaban basadas en Las Ordenanzas para el Archivo General, derivadas de la Real Orden del 28 de abril de 1792, redactadas por el propio Revillagigedo.

Sin embargo, tales disposiciones no pudieron efectuarse, por lo que la documentación permaneció resguardada en la planta baja del ala sur del Real Palacio Virreinal (hoy Palacio Nacional).

En 1821, Ignacio María de Aguirre, quien había sido oficial de la Secretaría de Virreinato y Juan de Dios Uribe, archivista de la propia secretaría, fueron comisionados para repartir la documentación, alguna de la cual, rescatada de su uso como mortero para cañones en la guerra, se encontraba en el edificio de la Contaduría de Azogues.

La repartición de los archivos se hizo tomando en cuenta los diferentes ramos que abarcaban y se mandó a los recién creados ministerios.

El Archivo General de la Nación durante el México Independiente

Posteriormente a la consumación de la lucha independentista, el intelectual y político Lucas Alamán impulsó la creación del Archivo General y Público de la Nación, que también se albergó en Palacio Nacional. Durante estos primeros años de vida independiente, se

estableció que los servicios de la institución no estaban destinados exclusivamente al uso del gobierno, sino para todos quienes estuvieran interesados en consultar su acervo. Quienes trabajaron entonces para el Archivo, arreglaban simultáneamente los reducidos locales de que disponía, construían los muebles para guardar los papeles, asistían a los ministerios, recogían los documentos de las oficinas extinguidas y daban servicio a las oficinas y al público particular.

En la guerra contra Estados Unidos de 1846 y durante la segunda intervención francesa de la década de 1860, las porciones más importantes del archivo tuvieron que ser transportadas fuera de la ciudad de México, ante el peligro de que el enemigo pudiera causarles algún daño, regresando a sus lugares de origen una vez que el peligro hubo pasado.

El AGN durante el Porfiriato

Durante el Porfiriato no hubo demasiadas novedades con respecto al Archivo General de la Nación, pero se sabe que, debido a la excesiva cantidad de documentos que el Archivo había acumulado, las autoridades se vieron obligadas a trasladar parte del acervo documental al Convento de Santo Domingo y, posteriormente, al Templo de Guadalupe, conocido hoy como Casa Amarilla.

El Archivo General durante el siglo XX y hasta la actualidad

A mediados del siglo XX se hicieron diversas propuestas para dotar al AGN de un espacio propio y adecuado para su correcto funcionamiento, pero uno tras otro los intentos terminaron sin resultados favorables.

Por ejemplo, en 1944 el presidente Ávila Camacho expidió un decreto en el que se cedía al AGN parte de las construcciones conocidas como La Ciudadela, pero nunca se llevó a efecto. En 1950 se propuso que el acervo se trasladara a Ciudad Universitaria, pero este intento igualmente terminó frustrado, ya que por ley el Archivo debía mantenerse bajo jurisdicción del gobierno federal.

En 1964 se proyectó la construcción de edificios en el Parque Lira para la Secretaría de Gobernación, entre los cuales habría uno para el Archivo General de la Nación, pero la historia se repitió. Ante la voluminosidad del acervo, se le trasladó al segundo piso del Palacio de Comunicaciones (hoy Museo Nacional de Arte), pero terminó saturado, sin mencionar que no era un edificio adecuado para el resguardo documental.

Finalmente, en 1976 se cerró la penitenciaría de Lecumberri. Su tamaño y diversas características lo hacían un lugar bastante razonable para albergar al AGN. Después de diversas discusiones (se planteó incluso la demolición del edificio), el presidente José López Portillo, por decreto presidencial, designó la ex penitenciaría de Lecumberri como sede del Archivo General de la Nación, el cual se inauguró en su nuevo espacio (después de las necesarias reformas a la estructura) el 27 de agosto de 1982, manteniéndose en ese recinto hasta el día de terminar la redacción de este artículo, en julio de 2024.


Galería de fotos del Archivo General de la Nación

Galería del Archivo General de la Nación en el antiguo Palacio de Lecumberri.
Galería del Archivo General de la Nación en el antiguo Palacio de Lecumberri.
La Dra. Alejandra Moreno, entonces directora del Archivo General de la Nación, en visita al antiguo Palacio de Lecumberri para definir usos y destinos, 1980. Se aprecia el panóptico de la penitenciaría.
La Dra. Alejandra Moreno, entonces directora del Archivo General de la Nación, en visita al antiguo Palacio de Lecumberri para definir usos y destinos, 1980.
La Dra. Alejandra Toscano en visita al AGN, 1980.
La Dra. Alejandra Toscano en visita al AGN, 1980.
Maqueta del Palacio de Lecumberri transformado en sede del Archivo General de la Nación.
Maqueta del Palacio de Lecumberri transformado en sede del Archivo General de la Nación.

Preguntas Frecuentes sobre el Archivo General de la Nación

¿Qué es el Archivo General de la Nación? 

El AGN es la institución encargada de preservar y gestionar el patrimonio documental de México. Desde su origen en la etapa virreinal, ha sido un lugar crucial para la conservación de documentos históricos.

¿Dónde se encuentra actualmente el AGN?

Desde 1982, el AGN tiene su sede en la ex penitenciaría de Lecumberri, un edificio histórico ubicado en la Ciudad de México.

¿Quiénes pueden consultar el acervo del AGN?

A diferencia de su origen, durante el México independiente se estableció que el AGN no estaba destinado exclusivamente al gobierno, sino que cualquier persona interesada puede acceder a su acervo.

¿Cómo se organizan los documentos en el AGN? 

Los documentos se organizan sistemáticamente en diferentes secciones, abarcando temas como historia, ciencia e industria. El AGN alberga una riqueza de información para investigadores y curiosos por igual.

¿Cuál fue el proceso para encontrar una sede adecuada para el AGN?

 lo largo de la historia, se consideraron varios lugares, desde el Castillo de Chapultepec hasta propuestas más recientes. Finalmente, la ex penitenciaría de Lecumberri se convirtió en su hogar permanente.


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Nota

La información e imágenes utilizadas para este post fueron tomadas de la exposición El Archivo General de la Nación: Nuestro presente, pasado y futuro, que se exhibió en el mismo AGN (dirección: Eduardo Molina 113, esquina con Albañiles, Col. Penitenciaría Ampliación, [entrada por Héroe de Nacozari], Deleg. Venustiano Carranza, C.P. 15350, México, D.F. Tel 51 33 99 00).

Luis Ignacio Sánchez Rojas

Candidato a doctor en historia por la UNAM. Ha abordado la política y las fuerzas armadas del siglo XIX y principios del XX, con especial énfasis en el Porfiriato. Entusiasta de la tecnología y los videojuegos.

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