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Fusil Mauser: el arma «humanitaria» del ejército porfirista

Fusil Mauser: el arma «humanitaria» del ejército porfirista

El fusil mauser es una de las armas más reconocidas y usadas del mundo. El motivo de esta gran aceptación fue su facilidad de uso, su efectividad y, aunque parezca un adjetivo contradictorio para calificar un arma, por ser considerada un arma «humanitaria».

Este adjetivo fue utilizado por un oficial del ejército federal porfirista, en un artículo publicado en la revista México Militar, que se editó durante durante el periodo de gobierno de Porfirio Díaz.

El fusil mauser y los avances de la tecnología militar en el siglo XIX

Como sabemos, la tecnología militar dio pasos agigantados durante todo el siglo XIX, en especial a lo que se refiere al mejoramiento de la eficiencia de las armas de fuego de infantería, cuyo ejemplo más acabado a fines del siglo XIX e inicios del XX fue precisamente el fusil mauser, que a la sazón se encontraba siendo usado por las fuerzas británicas en su segunda guerra contra los Bóers, en África del Sur (1899-1902).

Coincidentemente, por aquellos mismos años, el ejército porfiriano había adoptado como arma reglamentaria al fusil mauser.

Estos dos factores: el uso del fusil mauser por el ejército británico en su guerra contra los Boers, y el hecho de que fuera el arma reglamentaria del ejército mexicano, condujo a que un oficial de esta última institución pusiera especial interés en las conclusiones de un tal Enrique de la Vargny, cronista científico de El Tiempo de París, relativas a las características tecnológicas y humanitarias de dicho fusil en la guerra Anglo-Bóer.

Polígono de tiro en la ciudad de México, donde se disparaba el fusil mauser.
Polígono de tiro en la Ciudad de México.

¿Mejores armas igual a menos muertes?

Parece ser que una de las ideas predominantes de la época era que la «civilización» debía de progresar y mostrar sus avances incluso en los conflictos bélicos, por lo que los esfuerzos de los fabricantes de armas debía de orientarse más hacia el manstopping power

El manstopping power se refiere a detener el poder operativo del contrario sin causar muertes, sino tan sólo heridos, que redundara en la imposibilidad de una fuerza en proseguir sus operaciones de guerra.

De esta manera, los que se preocupaban por la civilización pedían que hubiesen «menos muertos, lutos y miserias», pues se concluía que no era necesario despedazar al enemigo —sino tan sólo herirlo— para ponerlo fuera de combate.

Así, el fusil mauser se adoptaba a la perfección a las circunstancias «humanitarias» descritas anteriormente, pues sus características lo hacían sumamente «benévolo» para aquellos que sufrían sus impactos.

Características del fusil mauser como arma reglamentaria del ejército porfirista

Entre dichas características tenemos que su bala, de pequeñas dimensiones (calibre de .008, peso de 15 gramos), era de plomo y revestida con una camisa de acero nikeleado, de forma cónica y animada por movimientos de traslación y rotación muy rápidos, estos últimos gracias al rayado del ánima (cañón) del arma.

A medianas distancias el disparo de este fusil era esencialmente perforante, pues obraba «como una aguja que atraviesa y no como una bala que destroza», como lo hacían modelos anteriores de fusiles y rifles, tales como el Lee-Metford.

Efectos del fusil mauser en el cuerpo

El primer efecto de estas condiciones, nos dice el oficial mexicano, autor del artículo en México Militar (cuyo nombre lamentablemente es desconocido) es la rectitud del trayecto de la bala en el cuerpo, a diferencia de los trayectos curvos y desviados tan comunes en armas más antiguas, cuya «bala rebotaba en un hueso, lo rodeaba y continuaba su trayectoria en los tejidos, multiplicando los estragos». Y como ejemplo ponía lo siguiente sobre un disparo del fusil mauser:

[El proyectil] viene a herir el brazo que está replegado ante el pecho, no se detiene allí, atraviesa el antebrazo y enseguida el brazo, obra en el torax y le atraviesa después de haber pasado por el pulmón. Los huesos que encuentra los perfora a menudo con agujero limpio, sin fisuras y sin astillarlo.

Como segundo efecto tenemos la importancia del calibre del arma, pues las heridas eran muy pequeñas. Los orificios, tanto de salida como de entrada resultaban diminutos, tanto, que en ocasiones era difícil encontrarlos cuando la bala había entrado y salido réctamente sin que se viese afectada por algún rebote.

En general, el orificio de entrada consiste en un pequeño agujero que parece haber sido hecho con una broca, y el de salida está más bien en forma de hendidura, y los tejidos que le rodean no están ni lacerados ni contusos. En el interior, el calibre de la herida es también muy pequeño; gracias a su forma y velocidad, la bala se insinúa entre los elementos de los tejidos más bien que se abre un camino al través de éstos, y entonces la acción es muy local, muy limitada.

Lo anterior resultaba «extremadamente ventajoso para el herido», cuya impacto no se traduce en una muerte segura, sino que tiene posibilidades no sólo de atenderse y sobrevivir a la herida, sino que escapa a la muerte sin lesiones permanentes que pudieran marcarlo de por vida, como son el caso de las amputaciones o parálisis.

Un tercer efecto al respecto, es la fuerza del impacto o choque que tiene el proyectil contra el cuerpo. Gracias a la velocidad, calibre y forma de la bala, esta atraviesa rectamente los tejidos, minimizando la fuerza del choque hasta considerarla como insignificante, lo que no pasaría con proyectiles de armas más antiguas. Así, nos dice el oficial mexicano, que «si la bala no toca el hueso, el herido puede no sentir nada», ya que

se han visto soldados que continúan marchando sin saber que están heridos y no lo descubren sino después de algún tiempo, cuando se sienten desvanecer bajo la influencia de una hemorragia interior. Casos de este género son muy frecuentes cuando la bala no rompe el hueso.

Como última cuestión relativa a la «nobleza» del fusil mauser en combate, es la que tiene que ver con la herida que provoca pues, como ya se ha visto, resulta muy pequeña y fácil de atender, sin que en ocasiones el mismo afectado se diera cuenta sino hasta ya pasado algún tiempo.

Incluso un bóero afirmaba que el proyectil del fusil mauser era una gentlemanly bullet, es decir, una bala correcta, pues las heridas ocurridas en manos, pies y extremidades se curaban de la manera más rápida y sencilla (19 de 20 curaciones eran exitosas y tres terceras partes de los rehabilitados podían volver a tomar las armas si era necesario).

Ante heridas de mayor importancia, como las ocurridas en el abdomen, pecho y craneo, la bala del fusil mauser probaba ser también bastante «piadosa», ya que como lo expone el oficial mexicano,

un soldado recibe una bala de Maüsser en pleno pecho; le atraviesa perforando el pulmón de parte a parte; el hombre se cura en un tiempo muy corto sin haber presentado ni un solo esputo de sangre. Y sin embargo el pulmón es un órgano esencialmente vascular y es imposible que los vasos no hayan sido rotos.

De esta forma, concluye el autor del artículo que el fusil mauser es, sin duda, una máquina de guerra «mucho más civilizada que la mayor parte de sus antepasados, que es un arma humanitaria, puesto que es la que ocasiona menos lesiones inútiles».

Y de hecho esta arma llego a ser considerada «tan humanitaria», que un militar extranjero afirmó que eran necesarias «armas que asusten mucho más y que causen más espantosas heridas».

Comentario final sobre el fusil mauser y las armas «humanitarias»

Después de lo anterior, y a más de cien años de distancia, ¿realmente la humanidad ha caminado por la senda de la civilización en lo que concierne a la fabricación de armas catalogadas como humanitarias?

La respuesta difícilmente podría ser afirmativa, en especial a la luz de los avances en la artillería, misiles, armas automáticas, etc., hasta llegar a la más fulminante de todas, la bomba atómica, cuyo objetivo, contrario a las ideas humanitarias de los albores del siglo XX, es la aniquilación sin contemplación alguna.

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Preguntas frecuentes sobre el fusil mauser y su catalogación como arma «humanitaria»

¿Qué es el fusil Mauser?

El fusil Mauser es una de las armas más reconocidas y utilizadas en el mundo, famosa por su facilidad de uso y efectividad. Fue adoptado por el ejército porfirista como arma reglamentaria.

¿Por qué se considera al fusil Mauser un arma “humanitaria”? 

Se le consideró “humanitaria” porque sus características técnicas permitían herir al enemigo de manera que no causara muertes innecesarias, sino incapacitarlo para seguir luchando.

¿Cuáles son las características del fusil Mauser?

El fusil Mauser tenía una bala de pequeñas dimensiones, calibre de .008 y peso de 15 gramos, revestida con una camisa de acero nikeleado2. Su disparo era esencialmente perforante y causaba heridas limpias y pequeñas.

¿Cómo afectaba el fusil Mauser al cuerpo humano?

La bala del fusil Mauser causaba un trayecto recto en el cuerpo, minimizando el daño. Los orificios de entrada y salida eran pequeños y las heridas internas muy localizadas, lo que aumentaba las posibilidades de supervivencia sin lesiones permanentes.

¿Qué opinión se tenía sobre las armas “humanitarias” en el siglo XIX?

La idea predominante era que las armas debían reflejar el progreso de la “civilización”, causando menos muertes y sufrimiento3. El fusil Mauser se alineaba con esta visión, aunque la realidad de las armas modernas ha evolucionado hacia una mayor letalidad.

Luis Ignacio Sánchez Rojas

Candidato a doctor en historia por la UNAM. Ha abordado la política y las fuerzas armadas del siglo XIX y principios del XX, con especial énfasis en el Porfiriato. Entusiasta de la tecnología y los videojuegos.

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